1. No tires la toalla en tus metas de estado físico; úsala para limpiar el sudor después de hacer ejercicio.
2. Lleva un diario de lo que comes, tu estado de ánimo y nivel de hambre. Te ayuda a identificar patrones y puntos conflictivos.
3. Cómete una ensalada con aderezo ligero en lugar de papas fritas y podrás ahorrar cerca de 400 calorías.
4. Al ejercitarnos perdemos carbohidratos. Por eso es recomendable comer frutas o granos luego de haber terminado nuestro ejercicio.
5. La vitamina C ayuda a tu cuerpo a absorber el hierro. Añade fresas a tu cereal, y cocina las carnes con pimientos o tomates.
6. ¿Te sientes mal por el número en la báscula? Averigua el porcentaje de tu grasa corporal. Sólo pesarte puede ser engañoso.
7. Si quieres mejorar tu nivel de condición física, tienes que moverte. El estar sentado en el sillón no te ayudará.
8. No añadas sal ni azúcar a las frutas y verduras. Aprenderás a apreciar sus sabores naturales.
9. ¿No bebes suficiente líquidos? Prométete que vas a tomar un vaso de agua o té antes de cada comida.
10. ¿No puedes alejarte del tarro de galletas? Elimínalo y mantén tus metas de peso según lo planeado.
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