Una vez que se ha realizado la compra en casa, se deben de colocar los alimentos adecuadamente para su conservación.
- En primer lugar, los congelados se deben de guardar en el congelador, y a continuación los alimentos que necesitan refrigeración como la carne y pescado, huevos, yogures, y aquellas frutas y verduras que no se vayan a consumir en el momento.
- Por último, colocar aquellos alimentos que no necesiten estas condiciones como las conservas, las legumbres, las pastas, etc.
Los congelados
Un alimento congelado tiene todas las garantías sanitarias si la cadena de frío se mantiene y la preparación en casa es adecuada. Se deben cumplir requisitos como:
- Si el alimento no se va a consumir de inmediato o en los próximos días (depende del alimento) se debe guardar en el congelador.
- Se deben comprar en el último momento, y transportarlos a casa en bolsas especiales.
- Deben presentar unas características adecuadas, limpios y sin desperdicios.
- Los envases o recipientes deben estar en perfectas condiciones, sin roturas ni desgarros.
- Los alimentos que ya están congelados, debemos mantenerlos a la misma temperatura, por debajo de los –18 ºC.
- Los alimentos preparados en casa, si se quieren congelar, hay que alcanzar temperaturas de –25 ºC, limpios y protegidos con papel de plástico o aluminio. Se aconseja realizarlo por raciones.
- Cuando se quiere descongelar un alimento (hay muchos que no requieren descongelarlos para cocinar), se debe hacer con antelación y dejar que se descongele en el frigorífico. Por ejemplo, colocarlos en la parte baja de la nevera la noche anterior al día de su consumo.También puede realizarse en el microondas.
El pescado
La conservación del pescado debe ser en el frigorífico, perfectamente limpio y en un recipiente cerrado para que no transmita olor a otros alimentos. El pescado fresco se debe consumir en el día, y como mucho al día siguiente, sin embargo el pescado congelado puede conservarse en el congelador varios meses.
Un pescado fresco presenta características como escamas bien adheridas, cuerpos firmes, rígidos y con brillo, olor poco intenso, etc.
La carne
La carne fresca puede conservarse en el frigorífico hasta una semana. Si se trata de carne picada, entonces debe consumirse en el día (salvo que sea congelada), al igual que los productos de casquería.
La carne congelada se conserva en el congelador varios meses.
Los embutidos, si se presentan en piezas enteras (salchichón, lomo, etc) se pueden conservar fuera del frigorífico, pero si están cortados en lonchas es aconsejable conservarlos en el refrigerador.
La leche y sus derivados
Los derivados frescos y yogures deben conservarse en el frigorífico. La leche del día pasteurizada debe conservarse en el frigorífico y una vez abierto el envase, no se debe consumir más tarde de 48 horas. La leche esterilizada se conserva durante varios meses, pero una vez abierto el envase se debe mantener en el frigorífico y consumirla lo antes posible.
Las leches en polvo deben conservarse en lugares secos y recipientes cerrados libres de humedad, para evitar que se apelmacen.
Las verduras y hortalizas
Se deben guardar en el frigorífico para su conservación, además de consumirlas cuanto antes para evitar que se pierda valor nutricional, mayoritariamente las vitaminas.
Las legumbres
Su conservación es sencilla ya que basta con mantenerlas aisladas del calor, del contacto con los insectos y de la humedad. Con el tiempo sus pieles se suelen endurecer, lo que provoca un mayor tiempo de cocción.
Las frutas
Se debe procurar hacer la compra de este alimento en base a lo que se es capaz de consumir en los próximos 3 días aproximadamente, para aprovechar todos sus beneficios.
Dependiendo del calor y el estado de maduración se debe conservar en el frigorífico.
Los huevos
Se recomienda consumir los huevos antes de que pasen 15 días. Su conservación se realiza en el frigorífico, y con la punta hacia abajo; de esta manera se impide que la yema entre en contacto con la cáscara evitando una posible contaminación.
Un huevo fresco presenta una cáscara íntegra, sin rugosidades, con una clara transparente, y una yema firme. Presenta ausencia de olores.
Las grasas
Se deben conservar en lugares oscuros y frescos o envasados para evitar la luz y que pueda alterar sus propiedades. Además evitar también el aire para que no se enrancien.
Los grasas de tipo sólido como la manteca, la mantequilla o margarinas se conservan e el frigorífico.
Las conservas
En general, muchas conservas no necesitan refrigeración, sin embargo, conviene protegerlas de temperaturas elevadas.
Se deben rechazar aquellas que presentan un aspecto oxidado o abollado, con poros o fisuras, o bien las que carezcan de etiquetado o fecha de caducidad. Aquellas que al abrirlas presenten un líquido turbio, desprendan gas o exista espuma, es aconsejable no consumirlas ya que es probable que las características que presentan sean debidas a la presencia de bacterias.
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