Tanto si te acabas de independizar, como si eres un ama de casa experimentada, te conviene repasar los aspectos básicos en los que debes fijarte cuando vayas a comprar carne, para hacerlo con garantías.
Escrito por Adriana Hernández, Periodista experta en nutrición y vida sana
Cuando uno está acostumbrado a comer carne más o menos a diario no suele fijarse de dónde viene ni cómo se compra. Ahora bien, ¿qué ocurre cuándo nos independizamos o cuando nos toca a nosotros hacer la compra? Aquí empieza el dilema: ¿dónde la compro?, ¿en qué debo fijarme?, ¿cuánta cantidad necesito?, ¿qué tipo? Tranquilo, esto es como todo, una vez hayas hecho tu primera compra, las demás vendrán rodadas.
Compra carne con garantías
Es cierto que el establecimiento más cerca de casa suele ser la primera opción, pero no tiene por qué ser la única. Si vas a comprar carne para uso diario o para hacer rellenos puede que te valga, pero si lo que buscas es un buen chuletón para una cena importante, entonces querrás ver qué otras opciones tienes.
Primero, fíjate en que las condiciones higiénicas de la carne sean deseables. El almacenaje y la forma de trocearla también influyen en la calidad y conservación. Asimismo, la iluminación de algunos establecimientos puede engañar al consumidor en cuanto al aspecto que presenta una pieza. Todos estos detalles deben ser considerados en el momento de la compra.
Comprar la carne en el mercado
Estas son las cosas básicas en las que te debes fijar cuando vayas a comprar carne, ya sea en la carnicería o en el supermercado:
En la carnicería, carne al corte
Si es la primera vez que acudes, puede que te sientas un poco cohibido respecto a cómo se piden las cosas. Lo mejor, fijarse en lo que hacen los demás. Después, sincérate con tu carnicero y pídele la carne según tus gustos y necesidades, el precio o, sobre todo, según lo que vayas a preparar (más tierna, con más grasa, para un guiso, para empanar, para el puré de un bebé), él sabrá escoger el trozo que más se ajuste a lo que pides. Si vives solo, deja a un lado la vergüenza, si tienes que pedir solo un filete o dos, no hay problema.
Muchas veces te encontrarás con que hay más de una carnicería dentro de un mismo mercado, ¿la mejor? eso dependerá de la calidad de la carne, del servicio y de los precios, es algo que tendrás que ir descubriendo tú mismo con el paso del tiempo.
Fíjate en que en cada pieza de carne se indique mediante un letrero: denominación comercial de la pieza, lote o identificación del animal, país de nacimiento y país o países de cría, precio por kilogramo.
En el supermercado, carne preparada envasada
Aquí te ahorras todo el proceso de preguntar y de esperar tu turno. Verás que la carne ya está cortada y envasada, según sea la preparación de destino o la pieza. Deberá estar alojada en cámaras frigoríficas y diferenciada en cortes y categorías y separados unos tipos de otros. Fíjate especialmente en la fecha de caducidad y en que el film esté duro y firme y no flojo o hundido. También es bueno ver que los bordes de la carne están frescos y no secos o con menos color (sinónimo de que la carne lleva mucho tiempo envasada).
La carne, al contrario que el pescado, no debe estar fresca, ya que esto es sinónimo de que estará dura y será difícil de masticar. El problema es que, por lo general, no sabrás cuándo el animal fue sacrificado. Así que puedes fijarte en otras características: consistencia firme, color y olor propios de la carne cruda (rojo brillante con aspecto sedoso y no marrón, olor intenso, pero no fuerte ni desagradable). La grasa debe ser blanca y no amarilla. Eso sí, muchas veces el color no es necesariamente un indicador de la calidad de la carne. Su coloración se debe a una proteína del músculo que se llama mioglobina. Si la carne tiene oxígeno será roja, pero si se envasa con plástico puede volverse oscura, aunque esto no signifique que sea de mala calidad. Cuidado con algunos establecimientos donde se intenta vender “carne roja” de buey cuando en realidad es de vacuno. Aseguraros bien de lo que compráis.
En cuanto a las aves, su piel debe ser flexible, su esternón suave al tacto y el pecho rechoncho y de color claro.
El certificado de calidad de los productos es una garantía de seguridad alimentaria, fíjate en que en el etiquetado aparezcan datos como:
- Denominación comercial de la pieza
- Lote o identificación del animal
- Sello de inspección veterinaria
- País de nacimiento y país o países de cría
- Identificación de la empresa
- Fecha de caducidad
- Cantidad neta
- Precio por kilogramo y precio total.
Al llegar a casa con la carne
A continuación detallamos algunos consejos para que sepas cómo has de conservar la carne una vez comprada cuando llegas a casa:En el frigorífico, la carne fresca aguanta poco tiempo, entre dos y cuatro días. Si se trata de carne picada, deberás prepararla o consumirla cuanto antes, ya que su riesgo de alteración es mucho mayor. En cuanto a las aves, si son piezas enteras, no dejes que transcurran más de seis días sin prepararlas; si se trata de pechugas, muslos, alas o contramuslos no dejes que pasen más de cinco días. En congeladores con temperaturas por debajo de los 18 grados bajo cero, la carne se conservará perfectamente durante varios meses.Guárdalos con el embalaje con el que vienen o en film transparente, se conservarán mejor las piezas enteras que separadas en filetes y no se aconseja guardarlas en bolsas de plástico. Ten en cuenta que cuando rompas la atmósfera protectora o el sellado al vacío, deberás consumir la carne rápidamente.Para que no se rompa la cadena del frío, lo primero que debes hacer nada más llegar de la compra es refrigerar la carne; en cambio para descongelarla lo mejor es que lo hagas de forma lenta, es decir, que pase primero por la nevera. Así permanecerá el máximo sabor y ternura.- http://www.webconsultas.com/dieta-y-nutricion/higiene-alimentaria/saber-comprar/comprar-carne/introduccion-2073
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