Una investigación publicada en la revista Nature revela su importante papel en el mantenimiento de las células madre necesarias para la regeneración muscular.
REDACCIÓN | Madrid - 07-01-2016 | 0
La capacidad de regeneración del músculo esquelético depende de sus células madre, conocidas como células satélite, que se encuentran en estado de quiescencia y se activan cuando se producen daños en los tejidos. En tejidos con poca rotación, como es el caso del músculo esquelético, este estado de quiescencia reversible es el normal durante toda la vida. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que a la edad geriátrica el estado de reposo de células madre normal es sustituido por un estado de senescencia irreversible, lo que resulta en una disminución numérica y funcional de estas células satélite, y un fallo en la regeneración de los músculos.
El estudio, realizado en ratones de diferentes edades, demuestra que las células satélite en ratones jóvenes están equipadas con mecanismos protectores de control de calidad, como la autofagia, que reprimen activamente el programa de senescencia, preservando así la integridad y la aptitud de las células.
Según la investigación, cuando el proceso de autofagia falla es cuando se inicia el envejecimiento, produciéndose una acumulación de proteínas y orgánulos dañados en el interior de las células madre que lleva a su senescencia y agotamiento. Para demostrarlo, los investigadores inhibieron genéticamente la autofagia en células satélite de ratones jóvenes, lo que causó la rápida entrada en senescencia de las células satélite, provocando que la regeneración muscular en estos ratones se produjese de manera defectuosa.
El trabajo demuestra también como el restablecimiento de la autofagia revierte la senescencia y restaura las funciones regenerativas de las células satélite viejas, por lo que se revela como un elemento regulador decisivo en la muerte de células madre.
"Estos hallazgos abren las puertas a la investigación encaminada a atenuar la pérdida de capacidad regenerativa del músculo en personas de edad muy avanzada, que conferiría mayor independencia y calidad de vida a las personas ancianas", afirma Muñoz-Cánoves.
"El estudio, realizado en ratones de diferentes edades, demuestra que las células satélite en ratones jóvenes están equipadas con mecanismos protectores de control de calidad"
Una investigación publicada en Naturerealizada por el equipo de Pura Muñoz-Cánoves, investigadora jefa de la Unidad de Biología Celular del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de laUniversidad Pompeu Fabra, ha revelado el papel clave que tiene la autofagia, el mecanismo por el cual se limpian las células de residuos tóxicos y se mantiene su equilibrio interior, en el mantenimiento de esta quiescencia.El estudio, realizado en ratones de diferentes edades, demuestra que las células satélite en ratones jóvenes están equipadas con mecanismos protectores de control de calidad, como la autofagia, que reprimen activamente el programa de senescencia, preservando así la integridad y la aptitud de las células.
Según la investigación, cuando el proceso de autofagia falla es cuando se inicia el envejecimiento, produciéndose una acumulación de proteínas y orgánulos dañados en el interior de las células madre que lleva a su senescencia y agotamiento. Para demostrarlo, los investigadores inhibieron genéticamente la autofagia en células satélite de ratones jóvenes, lo que causó la rápida entrada en senescencia de las células satélite, provocando que la regeneración muscular en estos ratones se produjese de manera defectuosa.
El trabajo demuestra también como el restablecimiento de la autofagia revierte la senescencia y restaura las funciones regenerativas de las células satélite viejas, por lo que se revela como un elemento regulador decisivo en la muerte de células madre.
"Estos hallazgos abren las puertas a la investigación encaminada a atenuar la pérdida de capacidad regenerativa del músculo en personas de edad muy avanzada, que conferiría mayor independencia y calidad de vida a las personas ancianas", afirma Muñoz-Cánoves.
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