UN NUEVO ESTUDIO ASOCIA MAYOR CONSUMO DE ÁCIDOS OMEGA-3 CON UN NIVEL MENOR DE PROTEÍNA BETA-AMILOIDE EN SANGRE
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por un exceso de placas de proteínas beta-amiloides en el cerebro.
Un nivel anómalo de proteínas beta-amiloide es la causa de la enfermedad de Alzheimer. Un estudio publicado online en la revista Neurology asocia el consumo de ácidos grasos omega 3 (abundantes en ciertos tipos de pescados de aguas frías y profundas o pescados azules y frutos secos, entre otros alimentos) con menores niveles de proteína beta-Amiloide en sangre. Para llegar a esta conclusión, científicos de la Universidad de Columbia (EE.UU) analizaron los datos clínicos de unas 1.200 personas mayores de 65 años y sin enfermedades mentales. Los investigadores compararon sus niveles de proteína beta-amiloide en sangre con su dieta habitual durante una media de 1.2 años antes de la realización de los análisis.
Ninguno de los nutrientes que formaban parte habitual de su dieta se asociaba con una reducción de niveles de beta-amiloide excepto uno: los ácidos grasos Omega 3. La ingesta de pescado y nueces era la principal fuente de Omega 3 para los participantes en el estudio. La inclusión en la dieta de ácidos grasos monoinsaturados o ácidos Omega 3 también ha sido asociada a un menor riesgo de colesterol y afecciones cardiovasculares, entre otras enfermedades.
www.nobletierraherbal.com
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por un exceso de placas de proteínas beta-amiloides en el cerebro.
Un nivel anómalo de proteínas beta-amiloide es la causa de la enfermedad de Alzheimer. Un estudio publicado online en la revista Neurology asocia el consumo de ácidos grasos omega 3 (abundantes en ciertos tipos de pescados de aguas frías y profundas o pescados azules y frutos secos, entre otros alimentos) con menores niveles de proteína beta-Amiloide en sangre. Para llegar a esta conclusión, científicos de la Universidad de Columbia (EE.UU) analizaron los datos clínicos de unas 1.200 personas mayores de 65 años y sin enfermedades mentales. Los investigadores compararon sus niveles de proteína beta-amiloide en sangre con su dieta habitual durante una media de 1.2 años antes de la realización de los análisis.
Ninguno de los nutrientes que formaban parte habitual de su dieta se asociaba con una reducción de niveles de beta-amiloide excepto uno: los ácidos grasos Omega 3. La ingesta de pescado y nueces era la principal fuente de Omega 3 para los participantes en el estudio. La inclusión en la dieta de ácidos grasos monoinsaturados o ácidos Omega 3 también ha sido asociada a un menor riesgo de colesterol y afecciones cardiovasculares, entre otras enfermedades.
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