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¿Hogar, limpio hogar?

Todos hemos visto anuncios de televisión en los que se nos anima a usar fuertes productos de limpieza. Los hay para todo: para el suelo, para el baño, para los muebles, para el horno, para los cristales, multiusos, desengrasantes, limpia alfombras, limpia inodoros, quitamanchas, desatascadores, etc.

Basta luego contemplar el interior de los armarios donde se guardan todos ellos para darnos cuenta de la gran cantidad que hay. Pero, ¿nos hemos preguntado alguna vez cuántas sustancias químicas diferentes puede contener cada uno de ellos y más aún la suma de todos, y si alguna o muchas de estas sustancias pueden estar ligadas a posibles problemas sanitarios?

¿Nos hemos cuestionado alguna vez si acaso en nuestro afán por eliminar la suciedad de la casa o algunos agentes patógenos podemos estar ensuciándola de otro modo, por ejemplo químicamente, e introduciendo otra suerte de agentes perjudiciales?

¿Nos hemos planteado alguna vez si la única forma de mantener limpia una casa es usar irreflexivamente esos productos que se nos ofrecen y si no habrá alternativas más saludables?

Al fin y al cabo, el uso de esos productos de limpieza representa la liberación en el hogar de grandes cantidades de elementos químicos sintéticos.
  
limpio hogar
  
En muchos hogares existe la costumbre de utilizar irreflexivamente una amplia gama de productos químicos de limpieza muy fuertes, movidos por la idea de que para limpiar hay que usar sustancias sintéticas poderosas, casi como si se estuviese esterilizando un quirófano. Asimismo, debido a la creencia en la rapidez y la eficacia, no nos detenemos en pensar qué es lo que estamos empleando en el hogar y qué podemos estar respirando por el uso de esos productos. Motivados por esa idea de aparente eficacia no se repara a veces en que limpiando nuestro entorno de una serie de cosas (como microbios o grasa, por ejemplo) podemos estar ensuciándolo químicamente con otras, como son las sustancias tóxicas. Sustancias que, en muchas ocasiones, pueden afectar a nuestra salud. Si una de las motivaciones de limpiar es, entre otras cosas, tener una casa sana, es algo que no puede pasarse por alto.

Las intoxicaciones con productos de limpieza son una de las principales causas de accidentes en el hogar que acaban en las urgencias. Y las etiquetas de muchos de estos productos advierten de algunos de estos riesgos más evidentes. Sin embargo, no lo hacen en la misma medida con otros riesgos más sutiles que pueden afectar a muchas más personas. La verdad es que las etiquetas de estos productos apenas dicen nada en general de su contenido químico y mucho menos de la amplia panoplia de posibles riesgos.

Más allá de las intoxicaciones agudas directas, el uso de este tipo de productos ha sido asociado por estudios científicos a otros efectos. Así, por ejemplo, uno de los efectos sanitarios más claros del uso de ciertos productos de limpieza constatado por diversas investigaciones es el incremento del riesgo de padecer asma y otros problemas respiratorios. Esto es especialmente patente en trabajadores del sector de la limpieza entre los que se ha visto que existe un notable riesgo de esas afecciones.
  
limpieza en el hogar
  
Pero son más los problemas sanitarios que pueden verse causados o potenciados. Para verlo basta hacer un repaso a algunas de las sustancias que pueden tener diversos productos de este tipo y los efectos y alteraciones que numerosos estudios científicos les atribuyen: cancerígenos, irritantes, neurotóxicos, alergénicos, sensibilizantes, hormonales, anomalías congénitas, etc.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) en sus Notas Técnicas de Prevención (NTP 521) advierte de la posible liberación de productos tóxicos desde productos de limpieza. Sin que el listado de sustancias peligrosas que se dan en tales notas técnicas sea demasiado completo, sirve, no obstante, para hacerse una idea de la inquietante mezcla química que los productos de limpieza pueden introducir en un espacio cerrado, y cuáles pueden liberar o emitir diferentes sustancias.

  • Jabones y detergentes: sulfato de alquil aril poliéter, alcohol sulfonatos, alquil fenol poliglicol éter, polietilenglicol alquil aril éter, alcoholes, alquil sodio isocianatos, formaldehído, etc.
  • Limpiadores universales (detergentes combinados, agentes antigrasa, disolventes y desinfectantes): amoníaco, acetato de monobutil etilenglicol, hipoclorito sódico, etc.
  • Desinfectantes: fenol, cresol, hipoclorito sódico, sales de amonio cuaternario, amoníaco, formaldehído, etc.
  • Limpiacristales: hidróxido amónico, amoníaco, isopropanol, etc.
  • Quitamanchas y limpiatextiles: tetracloroetileno, tricloroetileno, metanol, disolventes derivados del petróleo, benceno, tricloroetano, etc.
  • Disolventes de grasas: tetracloruro de carbono, tolueno, xileno, tricloroetileno, etc.
  • Desengrasantes: acetato de monobutil etilenglicol, etilenglicol monobutil éter, etc.
  • Productos para pulir muebles: amoníaco, nafta, nitrobenceno, destilados de petróleo, fenol, etc.
  • Abrillantadores de suelo: nitrobenceno. 
  • Aerosoles: propano, óxido nitroso, cloruro de metileno, etc.
  
EN EL HOGAR ENCONTRAMOS UN CÓCTEL QUÍMICO DE SUSTANCIAS ASOCIADAS A MÚLTIPLES POSIBLES PROBLEMAS SANITARIOS

En el hogar encontramos un cóctel químico de sustancias asociadas a múltiples posibles problemas sanitarios.

El uso de productos de limpieza puede originar cambios muy notables en la química del aire que respiramos en un hogar. Por ejemplo, se ha estudiado que los terpenos, sustancias que suelen estar en gran cantidad en muchos productos de limpieza, pueden reaccionar con el ozono presente dentro de las habitaciones originando fuertes elevaciones de la concentración de formaldehído.
  
El formaldehído es una sustancia gaseosa a temperatura ambiente, que ha sido asociada a problemas diversos que van desde la irritación de las mucosas al cáncer.

Las investigaciones también han descrito situaciones en las que pueden darse altas exposiciones a sustancias problemáticas como el 2-butoxietanol (un éter de glicol), tales como la limpieza de ventanas en un espacio con poca ventilación, o la limpieza de un baño.

Un interesante ejercicio puede ser indagar a través de internet en busca de páginas serias acerca de lo que nos dicen los estudios científicos sobre los efectos que pueden tener las sustancias que algunos productos de limpieza pueden introducir en nuestro hogar: formaldehído, tolueno, estireno, xileno, cloruro de metileno, dietanolamina, nonilfenol, éteres de glicol, ftalatos, etc.

Incluso puede haber consecuencias sanitarias no derivadas de los efectos de las sustancias en sí mismas sobre el organismo humano, sino indirectos, como es la creación de entornos excesivamente asépticos y sus efectos sobre la maduración del sistema inmunológico infantil. Eso es lo que sostiene la llamada “teoría de la higiene” que podría explicar una parte del auge de las alergias.
  
limpiar de forma segura
  
¿HAY PRODUCTOS DE LIMPIEZA LIMPIOS?

A la hora de reducir los posibles problemas antes descritos puede haber diferentes opciones. Lo menos exigente es seguir usando productos que se sabe que pueden contener sustancias dañinas, pero hacerlo de un modo más cauteloso. Tomando más precauciones con aquello que se sabe entraña un riesgo singular, como los aerosoles, adoptando medidas de protección, usando menos productos y en menor cantidad, etc., o incluso teniendo más cuidado con acciones básicas como, por ejemplo, una correcta ventilación cuando se usan determinados productos.

Entidades como la Agencia de Protección Ambiental de California recomiendan diversas medidas para evitar una excesiva acumulación de sustancias perjudiciales en los edificios: usar cantidades menores de producto, usarlos con un contenido menos preocupante, hacer menos necesario limpiar una y otra vez reduciendo la entrada de suciedad, etc.

Entre las medidas recomendadas se citan reducir el uso de productos de limpieza con terpenos con aroma de pino o limón (especialmente en días de alta contaminación por ozono en el exterior o cuando se usan aparatos que pueden incrementar la presencia de ozono dentro de la casa, tales como aparatos purificadores o ionizadores del aire), enjuagar bien con agua las superficies después del lavado y también las fregonas y trapos usados, ventilar muy bien durante la limpieza y horas después de ella, etc.

Es importante introducir una racionalidad en la compra de productos de limpieza adquiriendo solo los que veamos realmente esenciales.

Ello reducirá también la complejidad del cóctel químico que puede crearse en casa. Es importante también tener los envases bien cerrados y en dependencias de la casa desde las que no puedan estar causando emanaciones.

Pero por mucho que intentemos racionalizar el uso de productos que contengan tóxicos, es mejor usar otros que no los tengan en su contenido. Lo más exigente y lo mejor es usar productos realmente ecológicos, más naturales. Ello ayudará de forma más determinante a reducir la complejidad del cóctel químico del hogar.
  
Existe un creciente mercado de productos de limpieza bastante exigentes en cuanto a no contener ciertos grupos de sustancias problemáticas (como ciertas fragancias sintéticas, por ejemplo) y que son tan eficaces o más que los más tóxicos. Pueden adquirirse en ecotiendas.

Conviene documentarse seriamente sobre qué etiquetados ecológicos son realmente rigurosos. Hay muchos productos que se etiquetan como “ecológicos” tan solo por haber prescindido de un tipo de componentes pero que pueden seguir conteniendo muchos otros perjudiciales. Los productos de limpieza realmente ecológicos a los que nos referimos cumplen más requisitos.


limpieza sin químicos
  
NO DEBE CONFUNDIRSE QUE UNA COSA ESTÉ LIMPIA CON QUE HUELA A ALGO

Una cosa importante a considerar es que no debe confundirse que una cosa esté limpia con que huela a algo. De hecho, entre las sustancias químicas que más problemas dan se cuentan algunas fragancias sintéticas. Lo limpio no huele a nada en principio. Oler a producto químico no es oler “a limpio”.

Por último, existen soluciones naturales que se usaban perfectamente antes de que una serie de industrias creasen la falsa necesidad de utilizar sus productos químicos sintéticos, fundamentalmente derivados del petróleo.

Soluciones que permiten prescindir de la compra de productos preparados:
• Bicarbonato sódico
• Vinagre blanco o de manzana
• Limón

limpieza y olor
  
El vinagre es un producto que ha sido usado en la limpieza de los hogares durante muchísimo tiempo. Y es muy eficaz. Por su contenido ácido, desincrusta y es un buen antical y desinfectante. Podemos limpiar con él los suelos, añadiéndolo al agua (si acaso con un poco de jabón), al igual que los cristales, azulejos y muchas cosas más. Agregando sal o bicarbonato tendremos un limpiador general bastante aceptable. También si añadimos bicarbonato y limón. Para un suelo de madera bastará con incorporar aceite de oliva al vinagre. Para bruñir muebles lo mismo con limón.

Uno de los lugares en los que se suelen usar sustancias más fuertes son los cuartos de baño.

Sin embargo, en lugar de hacer eso, muchas veces bastaría con dejar actuar unas horas el vinagre y el bicarbonato.

Con el bicarbonato, aparte de desodorizar, podemos limpiar (añadiendo agua más o menos caliente según los casos) baños, suelos, fregaderos o alfombras. Un producto de limpieza fuerte para la cocina podemos obtenerlo con bicarbonato y limón. Incluso para el horno, a lo que puede ayudar añadir algo de jabón. Es más, para una tubería atascada, que tantas veces sirve de excusa para usar sustancias terribles, puede bastar en muchos casos con dejar caer agua caliente tras haber dejado actuar unos minutos una mezcla de vinagre con mucha sal y bicarbonato. También ayuda instalar rejillas que dificulten los atascos.

Hay otras muchas soluciones sencillas que pueden permitirnos no usar en casa productos que contengan sustancias preocupantes. Indaguemos un poco. Además hemos de reparar en otro hecho nada baladí: una casa que use este tipo de productos generará menos contaminación de los ríos.
  
Autor: Carlos de Prada
Web: www.hogarsintoxicos.org

http://www.vivosano.org/es_ES/Informaci%C3%B3n-para-tu-salud/Entorno-y-Medio-ambiente/Toxicos-quimicos/Hogar-limpio-hogar.aspx?utm_source=Newsletter%20VivoSano%20Oct15&utm_medium=Email&utm_campaign=Emailing%20VivoSano

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